Cuento sin nombre.

Capítulo 3

¿Ya la dejaste al fin? No, Amy, no. Tal y como tú sigues haciéndote llamar Amy y usando esos tacones y rellenos en el pecho, por favor. Agradece que te llamo por tu nombrecito ese que te inventaste para que ts vecinos no sepan tu verdadera identidad.
¿¡Mi verdadera identidad!? Esa es mi verdadera identidad. Andreas, yo ya no voy a permitir ni mucho menos aceptar que me trates de ese modo denostativo y menos aún si me dices que todavía no le has contado a Susan sobre lo nuestro y tu "verdadera" orientación hacia los...  ¡Ya basta, Angus!
Ya bueno, entra, ¿qué te pasó? Andreas, viéndose dentro, en cuanto miró esos ojos que le observaban con sincera preocupación, se lanzó a los brazos de Amy y empezó a llorar.
No comprendo Andreas. Tienes una vida perfecta y soñada con tu esposa, ya le has puesto cámaras y no te es infiel, no entiendo por qué lloras. A menos que sea porque ella no sabe hacerte feliz y, a pesar de todo lo que dices, tú seas... No, Angus. Para de decirme así, soy Amy, no lo olvides.Ya bueno, Amy, entonces, chúpamelo. ¡Andreas! Si igual ese es tu trabajo, te pagaré. Andreas, pero yo no puedo hacerle eso a Susana. Si ella ni te recuerda, no te ha visto, al menos no te ha visto nunca como "Amy". Te pido por favor que pares de burlarte de mí y que te vayas, no me agrada tu compañía. Yo no voy a estar por siempre prestándote el hombro para tus lamentaciones e injusticias vividas que ni se comparan a las mías, comenzando por ti, que te he amado por siempre y siempre te he tratado con respeto y tú no lo haces o rara vez. Ya no te quiero, ya no quiero quererte. Ándate de mi casa ya.

Comentarios

Entradas populares