Sí, me escribieron... factura fractura.

... esta vez para ser tutora de personas que quieren reinsertarse. Por un sueldo de 250.000 y si me enfermaba era literalmente "mala suerte tu vida" 😅 igual le escribí que si era el fin de semana estaba dispuesta porque tenía las tres dosis;

pero no hubo respuesta hasta el momento.

Al menos fue sincera con respecto a la oferta.


Randommente, recostada en mi lecho de sufrimiento y sueño, contiguo a mi oficina pandémica 

-de la que entran y salen a antojo las gentes de bien aunque oigan sonidos de voces dentro a pesar de que quitara el espejo para que no hubiera excusas de pasarse por aquí a menos de que hubiera un pedazo de amor que compartirme. No es un living comedor; and I'm woking by the way even though not in what you paid for or expected from me to be working on-

, vi este libro y me paré raudamente y lo tomé con una voluntad que parecía extinta con mis motivadores labores diarias actuales

-las que me salvan ocupando mi mente de actividades más útiles (¿para quién?, para alguien)-

y en página random esto hallé.-


"No encuentro trabajo. Están pagando tan poco y nadie me cree, ni tú, pájaro quejoso que sacas en cara la mantención que me das. Pájaro mezquino. No me voy a contratar por un salario de hambre, para que después me sigas pidiendo, en la noche, que te haga las cosas de gratis. Te he hecho demasiado de gratis y ni siquiera sabes agradecer, nada aprecias. No vamos a discutir ahora, me dices que no quieres más disturbios. No te creo, no te creo porque me estás apuntando de una manera que no me gusta, eso no te lo voy a permitir, no lo consentiré nunca más.

Lo vamos a hacer como a mí me gusta o no hacemos nada. No quieres hacer nada conmigo y me culpas, pretendes que es culpa mía; pues no es así. Te he buscado de diversos modos y no subes, estás completamente alicaído, ¿qué pasa contigo?, mira que te puedes quedar así para siempre como un pájaro enterrado. No sufras, déjame a mí, déjame avanzar de a poco y no vengas con sustos. Sé lo que quieres de mí esta noche, pero es imposible. ¿Quieres que te cuente algo?, quizás te animes y respondas. Ya me siento mejor, en verdad, mal, cada vez peor y no me acuerdo de qué me has hablado a lo largo de este año. Sé que me has dicho que mi cabeza no tiene ningún destino.

La última vez me hiciste saltar de la cama, me disparaste lejos, pájaro caligráfico. Ahora sales con que me tienes miedo. Revolotea, pierde tus temores y frótame las ronchas del estómago. No me mires, deja de mirarme, pues no sé qué hacer, no sé cómo ponerme ya cuando lo de antes no te gusta.

(...)

Siento un permanente dolor, miedo, una hambruna insaciable me devora. ¿Te das cuenta de que no puedo levantar cabeza? No me dejan, ni tú. Derribada por mi paga no logro avenirme a ningún oficio. Los despidos se suceden por todas partes y la noche de mis cuarenta años me encontrará desempleada. Parece que tú vivieras en otro mundo, no entiendes lo que está pasando. Cansada, desempleada, dejo que me pase contigo, pues aún sigue ese vago, inestable ascenso. Una de estas noches acabarás por derribarme, me derribarás al intentar detener la fugacidad de tu aleteo. Dices que no te irás, me lo has dicho y hasta lo has jurado. Te irás de todas formas. ¿Por qué no habrías de hacerlo?, pues únete con el resto. Me enfrenté con una turba de pájaros histéricos detenidos ante una corta de árboles. Los pájaros estaban cantando un himno profundamente pernicioso. Te fatiga que mi lengua haya perdido su destreza, es verdad, no me resulta fácil tomarte con la lengua, es apenas una obligación más. Te haré un recorrido vertical con mi lengua, pero no me digas lo que hiciste, no repitas eso de los gemidos, no detalles nada. ¿Te das cuenta de que no hay nada?, no comprendo qué es lo que buscas de un lado para otro. No hay nada. Sigues desesperadamente buscando, picoteando en el fondo. No hay nada, sólo se parece a la entrada de la noche. ¿A qué hundimiento te acoges? Parece que vinieras de vuelta de un viaje desafortunado. ¿Vienes de vuelta? Un pájaro partió sin aviso y quedé completamente encandilada. Si te vas, llegará otro. 

Al límite de mis cuarenta años, mi cabeza entra en una letal zona de peligro. Veo, esta noche, un interminable desfile de cuerpos en éxtasis salen a toda velocidad y estallan. He recibido sus fragmentos este tiermpo, las esquirlas me hieren esta noche. El eco del último éxtasis se ha refugiado en la cúpula de tu pájaro. Qué extraño, por esa pequeñez he perdido mis trabajos, me he descolgado de las trabajadoras. Soy ya la copia de una asalariada por estar pensando en tus temblores en vez de iniciar una marcha para impugnar el desajuste de mi paga. Abro los ojos y te encuentro humedecido. Equivocada pienso que lloras, pero no. Te vienes encima y casi no puedo respirar. Habrá alguien afuera esperándome y ni un millón de trabajadoras podrán defenderme cuando mi ojo se encuentre con la astilla.

(...)

Le pedí a la noche que me ayudara, se lo pedí hace tantos años, le supliqué que me sacara lo malo que tengo adentro, lo mala que soy. Ofrecí mi visión para que él no me siguiera más, para no necesitar que siempre anduviera detrás de mí. Hace tantos años. 

(...)

Vendedores, artesanos, albañiles, carpinteros se tropiezan en mi memoria, se parecen a un pájaro estrellado contra un vidrio. El mundo del trabajo desfila ante mis ojos. Las trabajadoras caminan en línea recta y sangran por las narices. Quiero sangrar, desfilando con el puño en alto, gritando por la restirución de nuestros derechos, conmovida por una energía semejante a la histeria. Sangrando, con el puño en alto, alcanzo a entender que aún sobro en todas partes, en todas partes me aguarda lo que me hizo huir de todas partes.

(...)

Hay tres enormes pájaros, pájaros negros, parados en la cumbre de un acantilado. Están extrañamente inmóviles con sus picos elevados hacia el sol, vueltos a una altura que no calienta nada. Sol engañoso. Uno de esos pájaros se mueve y divisa que estoy abajo, en medio del agua. Abre las alas y viene a mí a una velocidad electrónica. Cierro los ojos y me hundo en el agua. Voy a morir. En el sueño ya estoy muerta debajo del agua y el pájaro se sumerge para picotearme. Es un pájaro terrestre y marítimo. Estoy cerosa y una mancha verde se dibuja encima de mi estómago. Mi cadáver mantiene una fiel sonrisa en la boca y mi encía inferior sangra a través de un pequeño orificio. Caí desde lo alto de un acantilado, fracturándome la cabeza después de que el pájaro negro me voló un ojo."


"Vaca sagrada"-Diamela Eltit

Comentarios

Entradas populares